El sábado 28 de enero, de 9 a 10:30 a. m. en Lourdes Hall, habrá una reunión de consulta, donde se discutirá la práctica de la Planificación Familiar Natural (PFN).. Si se está preparando para el matrimonio, o simplemente desea obtener más información sobre la PNF, o saber por qué la Iglesia enseña lo que hace sobre los métodos anticonceptivos artificiales, planee unirse.
“A la luz de la experiencia de muchos matrimonios y de los datos que aportan las diversas ciencias humanas, la reflexión teológica es capaz de percibir y está llamada a profundizar en la diferencia, tanto antropológica como moral, entre la anticoncepción y el recurso al ritmo de la ciclo: se trata de una diferencia mucho más amplia y profunda de lo que suele pensarse, que implica en última instancia dos conceptos irreconciliables de persona humana y de sexualidad humana. La elección de los ritmos naturales implica aceptar el ciclo de la persona, que es la mujer, y por tanto aceptar el diálogo, el respeto recíproco, la responsabilidad compartida y el dominio de sí mismo. Aceptar el ciclo y entrar en diálogo significa reconocer el carácter tanto espiritual como corporal de la comunión conyugal y vivir el amor personal con su exigencia de fidelidad. En este contexto la pareja llega a experimentar cómo la comunión conyugal se enriquece con aquellos valores de ternura y afecto que constituyen el alma interior de la sexualidad humana, también en su dimensión física. De este modo se respeta y promueve la sexualidad en su dimensión verdaderamente y plenamente humana, y nunca se la “utiliza” como un “objeto” que, rompiendo la unidad personal de alma y cuerpo, golpea a la misma creación de Dios a nivel de lo más profundo. interacción de la naturaleza y la persona”. – Familiaris Consortio, Papa San Juan Pablo II
“La obra de educar al servicio de la vida implica la formación de los matrimonios en la procreación responsable. En su verdadero sentido, la procreación responsable exige que las parejas sean obedientes a la llamada del Señor y actúen como fieles intérpretes de su designio. Esto sucede cuando la familia se abre generosamente a nuevas vidas, y cuando las parejas mantienen una actitud de apertura y servicio a la vida, incluso si, por razones graves y por respeto a la ley moral, optan por evitar por el momento un nuevo nacimiento. o indefinidamente. La ley moral les obliga en todo caso a controlar el impulso del instinto y de la pasión, ya respetar las leyes biológicas inscritas en su persona. Es precisamente este respeto el que legitima, al servicio de la procreación responsable, el uso de métodos naturales de regulación de la fecundidad. Desde el punto de vista científico, estos métodos son cada vez más precisos y permiten en la práctica tomar decisiones en armonía con los valores morales. Una evaluación honesta de su eficacia debería disipar ciertos prejuicios aún muy arraigados y debería convencer a las parejas casadas, así como a los trabajadores sanitarios y sociales, de la importancia de una formación adecuada en este ámbito. La Iglesia está agradecida a cuantos, con sacrificio personal y dedicación a menudo no reconocida, se dedican al estudio y difusión de estos métodos, así como a la promoción de la educación en los valores morales que ellos presuponen”. – Evangelium Vitae, Papa San Juan Pablo II